La aventura empresarial de Pedro Gutiérrez y Adoración Villegas comenzó con un viaje en bici Pamplona-París. A Pedro, licenciado en Ciencias Ambientales y con conocimientos de Química, ya le rondaba por la cabeza la idea de montar su propia fábrica para elaborar cerveza artesana como la que probara en sus tiempos de estudiante en Granada y la visita en sus vacaciones sobre dos ruedas a una fábrica en tierras francesas les animó a la aventura. Así nació “Tierra de Frontera”, con sede, creatividad e ilusiones sitas en Alcalá la Real. Así y con muchas horas de investigación por parte de esta joven pareja que han adaptado estilos y recetas inglesas de elaboración de cervezas artesanas hasta alcanzar el ánimo en el paladar que quieren para su producto. Importan el producto de la mejor calidad para un producto que se vende en tiendas gourmet y que se espera llegue a los lineales de una conocida cadena de grandes almacenes española en breve. Su página web también les permite llevar “Tierra de Frontera” a todo el que lo desee.

Una cuidada presentación y un significativo etiquetado que recuerda el pasado árabe de las tierras en las que ha nacido, todo acorde con la calidad del producto, una maquinaria que les permite alcanzar una capacidad productiva de 3.000 litros mensuales y la experimentación con otras variedades de cerveza como la Bitter o la Golden Ale dan una idea de que “Tierra de Frontera” es algo más que un negocio para vivir: es la ilusión de Pedro y Adoración por un producto en el que creen a pie juntillas. En su página web, y para iniciados, una guía de cómo servir una buena cerveza. Su nueva idea: sus botellines etiquetados especialmente para bodas, un regalo personalizado para instantes inolvidables. No hay que perder la oportunidad de conocer el trabajo de "Tierra de Frontera" visitando su fábrica en Santa Ana, en Alcalá la Real.